#ElPerúQueQueremos

Giorgio Bertoli, rock, pasión y buen humor

“Yo quería formar una banda de temas propios y la hice, con músicos de bandas grandes y conocidas, porque yo quería la súper banda.”

Publicado: 2015-06-25
Haciendo un recorrido por los 90’s, donde salieron muchas de las buenas bandas de rock alternativo del país, me encontré con Giorgio Bertoli, ex baterista de la banda Zen y actual baterista de Kuraka y Glammers, dos bandas de puro corazón. En esta entrevista llena de nostalgia Giorgio recuerda sus inicios, su paso por Huelga De Hambre y La Raza, los inicios de Zen, y opina acerca de la música en el Perú.

¿De dónde nace tu gusto por la música?
Desde chiquito, más o menos desde los ocho o siete años. Siempre había música en la casa, a mi papá le gustaba la ópera, por inercia yo siempre cogía los cubiertos de la mesa y empezaba a tocar, a hacer bulla, en la mesa, en los platos, al igual que en el colegio, con los lápices en la carpeta. (Risas) Yo creo que desde ahí poco a poco fue naciendo esa inquietud y ya tengo veinticinco años tocando.
¿Cuándo descubriste que podías o querías tocar la batería?
Cuando estaba en el colegio, primero o segundo de media, me subí a una batería, nadie me había enseñado, y tenía ritmo, o sea, tenía coordinación. De ahí ya solo aprendí, empíricamente, claro que ya después de mayor ya he tenido algunas clases para perfeccionar algunas cositas.
¿Recibiste apoyo de tu familia inmediata cuando les dijiste que querías tocar en una banda de rock?
Sí, sí, de hecho.
¿Cuáles son tus influencias musicales?
Yo soy fanático de Kiss, de toda la vida, cuando tenía ocho años mi tía, la hermana de mi mamá, me regaló un disco de esta banda y me reventó el cerebro pues. (Risas) Sí, era el primer disco de Kiss en vivo, era un disco doble. Justo hay muchos músicos de acá y de otros países, que tienen este como uno de sus discos de partida para descubrir otros géneros. Pero influencias ahora, en realidad, de todo. Yo creo que todo músico tiene que ir nutriéndose de todo, no estancarse en un solo género musical.
Entonces ¿Tú empezaste con el Hard Rock?
Eh, claro, con el Rock en sí, por ahí Beatles, Kiss, pero me gusta todo tipo de música. Ahora todo tipo.
¿Recuerdas cuál fue tu primera banda?
Tuve una banda con Jorge Pardo que se llamaba La Banda De Los Pocos, ¡uf! Pero eso fue hace un montón de tiempo, esa si fue la primera, primera, banda que tuve.
¿Llegaron a tocar en algún lugar?
Sí, tocamos en un sitio que ya no existe más, que los viejos de mi edad deben conocer, se llamaba La Palizada que era una peña en la Av. Del Ejercito y ahí estuvimos como tres o cuatro fechas, de ahí hemos tocado en un hotel que quedaba en Pardo, y ahí quedó la banda.
¿Cuántas bandas recuerdas luego?
Uf, Madre Matilda, de ahí viene Sereoye que era una banda con un de los hermanos Ballumbrosio, bueno, creo que después empecé con Huelga De Hambre, con La Raza, estuve dos años y medio tanto en La Raza como en Huelga, al mismo tiempo. Y bueno terminó Huelga, nos quedamos tres e hicimos Zen.
En el tiempo que estuviste en “La Raza” ¿Sentiste que hubo alguna clase de censura para con la banda? Puesto que las letras que tenían eran de concientización social.
Sí, claro, Nick, el vocalista, estaba bien pegado a esa onda y las letras también tenían mucho que ver de eso. Había sitios en los que no nos permitían tocar, o nos decían no toquen estas y no digas esto entre canción y canción, igual no hacíamos caso y tocábamos todo, pero el concierto duraba menos, salíamos con problemas, a veces no, a veces sí, pero era complicado.
¿Qué puedes rescatar de ese tiempo en Huelga de Hambre y La Raza?
Me gustó mucho porque eran bandas con mucha energía en vivo, harta adrenalina, La Raza tenía un estilo de música que yo no había tocado tanto, era rap, metal, rock fuerte, y es otro feeling. A mí me encantó el tiempo en que yo estuve ahí y encantado que me hayan llamado a reemplazar a Sergio Sarria que ahora toca en Bareto, dejó un legado fantástico,
¿Cómo se forma Zen?
Cuando yo entré a Huelga de hambre el estilo ya había cambiado un poco, yo respetaba algunas cosas que ya se habían grabado, porque ya había grabado un disco al igual que La Raza, y los tres que nos quedamos que eran, Diego Larrañaga, Jhovan y yo, dijimos: Oye, tenemos acá unos temas que no encajan mucho en la onda de Huelga y hacer que hacer algo nuevo pues, hay que hacer otra banda. Y empezamos a trabajar, en el garaje de mi casa en Pueblo Libre donde ensayábamos, no teníamos guitarrista y curiosamente Alec Marambio, que es actualmente el guitarrista, estaba en Estados Unidos trabajando y lo llamamos, le dijimos que teníamos unos temas buenos, que venga porque la íbamos a hacer y nos íbamos a sacar el ancho. Entonces vino, no sé exactamente si por la banda o por algunas cosas que tenía que hacer acá pero lo teníamos y pues ahí formamos la banda. Antes del primer disco de Zen hicimos un disco como que demo, en el que hay un par de canciones donde Alec no tocó la guitarra, por ejemplo, “Desaparecer” que está en el primer disco, la grabamos antes pero en demo y ese solo lo grabo Claudio Cabrera, que ahora toca con Leslie Shaw, Diego Dibós, bastante gente, es un músico capazo, colaboró con varios demos.
Fueron nominados a los Mtv Video Music Awards, hicieron giras por Bolivia y Perú junto con otros artistas exitosos. ¿Cuándo empezaron Zen pensaste que llegaría a tanto?
Bueno, nosotros queríamos hacer las cosas bien, no simplemente como un hobby, de hecho queríamos vivir de esto, hacer las cosas como se debe y sacarnos el ancho. Nos nominaron con el primer disco, donde está Sol, que por ese tema nos nominaron, junto con TK y Líbido, pero Líbido digamos que fue el que abrió las fronteras tanto para TK como para nosotros. De ahí ya vinieron los demás Cementerio Club, que también sigue tocando, creo que se juntaron. Así yo creo que simplemente uno debe dedicarse a lo que hace al cien por ciento. Zen sigue ahora, pero con otro baterista que se llama Hans Menacho.
¿Por qué saliste de Zen?
Yo salí en el 2007, y pues, son cosas musicales que a veces suceden en una banda, de hecho que la amistada por ahí que choca un poco, pero después pasa el tiempo, nos volvemos a encontrar y todo bien. Justamente yo me fui, entró otro baterista, la banda duró un año más, ahí murió la banda. Después Jhovan hizo dos discos de solista, muy buenos, la verdad. Ya en el 2013, me agarró la nostalgia y empecé a mandar mails a Jhovan, Alex y Noel, para juntarnos otra vez, y nos juntamos en un concierto en La Noche De Barranco que reventó esa noche. Pensamos retomarlo y continuar como banda, pero como que las cosas se enfriaron un poco, volvieron a salir cosas de antes, todo musical, nada de amigos, entonces decidimos, porque fue una decisión grupal, que ellos continúen con la banda y que yo si salía, porque yo ya tenía Kuraka, que la formé en el 2008 ni bien salí de Zen la primera vez.
¿Cómo ha sido tu experiencia en Kuraka?
Yo ya tenía una banda de covers se llama Glammers y quería formar una banda de temas propios y la hice, con músicos de bandas grandes y conocidas, porque yo quería la súper banda. Estaba el vocalista de Emergency Blanket, que estuvo la primera etapa con el primer disco que hemos grabado, está Gonzalo Farfán de Inyectores y G3, que aún sigue en la guitarra, Miguel Tuesta de M.A.S.A.C.R.E, bueno yo, de Zen y las otras bandas, y de ahí llamamos a otro guitarrista para la segunda etapa de Kuraka porque Paco ya se retiró, entre Emergency y su trabajo. En ese tiempo ya le habíamos pasado la voz a un guitarrista más para tener un sonido más contundente y poder recrear un poco más lo que está en el disco como debe ser, le pasamos la voz a La Roja, que toca guitarra en Gaia y él fue el que nos recomendó al vocalista que está ahora, que es Juan Pablo Peschiera que toca en Serial Asesino, y con él estamos ahora. Es decir los cinco ya.
¿Crees que Perú es un país en donde no se le da mucha cabida al arte?
De hecho aún hay algunos parámetros que la gente todavía no acepta, hay un poco más de apoyo que antes, pero todavía falta un montón, porque hay un mucho talento, hay bastantes bandas buenísimas que no están descubiertas o no tienen ni las formas, ni los medios para tocar. No hay tampoco mucho sitio para tocar. A parte hay mucha argolla en este negocio, como en todos creo yo, tienes que pelearla, tienes que conocer gente de peso, a veces hasta tienes que pagar para tocar, o sea, es un trabajo bien, bien fastidioso. Es más hay veces en las que los locales se aprovechan, ven a los chicos ilusionados, inexpertos y les dicen: “Ya, ven y toca, pero tienes que vender cierta cantidad de entradas”. Hay que estar bien asesorado para que no se aprovechen.
¿Qué opinas de estos programas como La Voz, La Banda, Yo Soy?
Los respeto pero no me gustan en lo absoluto, porque todos están arreglados, lo peor de todo es que hay gente que va con talento y los desprecian porque no les gustan a los jueces, otro tema son los mismo jueces, porque hay algunos que no saben absolutamente nada de música, ni de cultura musical, no tienen un background como para poder calificarte debidamente, por ejemplo, Maricarmen Marín, puede ser una excelente persona, puede ser una capa en su rubro en el grupo de cumbia que tenía, pero dime ¿Qué va a saber ella del Rock, de la historia del rock o de referentes que pueda ir un concursante a presentar? De repente ahora está más preparada que antes, pero al principio con “Corco Vein” ahí no más ya te das cuenta de qué estamos hablando. Ricardo Morán, lo veo un tipo culto, yo creo que el sí sabe bastante de música, y pues Fernando Armas, el en su trabajo de cómico, capazo, pero que venga a juzgarte la voz… pues no me parece. Es más, Mariano, el vocalista de Glammers, participó en La Voz Perú, definitivamente él, para mí, como para muchos más, era superior a todos los que estaban participando en ese momento, pero lamentablemente él estuvo en el equipo del Puma, y yo creo que al Puma no le convenía llegar a la final con un extranjero, porque Mariano es argentino, y yo creo que era complicado que gane un extranjero en ese tipo de programas, de hecho, yo le dije que no estaba de acuerdo, pero obviamente hay que respetar, si él quería ir y tomarlo como una experiencia más, normal, pero yo no hubiera ido. Para la banda también nos llamaron, pero no, gracias.
Me parece que fue Dolores Delirio…
Pucha, si, bueno, marcando la diferencia, es como que Frágil vaya a ese programa, Dolores Delirio es una banda también de tiempo, no tiene la misma trayectoria que Frágil, pero es lo mismo. Yo cuando los vi ahí sólo pude decir: “Pero ¡¿Qué están haciendo?!”. Hubo también algunas bandas de covers conocidas como AGI-TC que también, yo pienso, que no han debido ir, porque ellos ya tenían una imagen, un público. Cesar, supo explotar el personaje de Axl Rose mucho más allá, pero igual creo que esa banda ya no estaba para eso. Igual, son criterios de cada uno y se respetan.
¿Crees que se puede vivir de la música en el Perú?
Sí, si claro. Es rentable si te sacas el ancho, si no te quedas en tu cama echado esperando a que te llamen, yo soy una prueba de eso ¿no? De hecho, hay momentos bajos y momentos buenos pero siempre tienes que estar produciendo, no puedes estar tirado ahí en la cama.
Ser artista requiere de bastante dedicación y disciplina ¿Te da tiempo para tu vida privada? Puesto que ahora estás en dos bandas.
Buena pregunta (risas) De hecho no tengo el mismo tiempo de antes, ahora toco bastante a la semana, cuatro veces semanales, me quedan solamente tres días para estar con la familia igual nos vemos en la mañana, nos vemos en la tarde un rato, yo toco miércoles jueves viernes y sábado, el domingo sí o sí es un día familiar, los sábados todo el día porque en la noche estoy tocando, pero yo creo que uno tiene que ir buscando los espacios de tiempo, yo no hablo de cantidad de tiempo, sino calidad. Y yo creo que en eso estoy, porque mi esposa todavía no me ha botado de la casa. (Risas)
_

En definitiva, Giorgio muestra que ser músico es un trabajo lleno de dedicación y perseverancia, ser artista en este país si es rentable “si te sacas la mugre” como dice él, hay que tener pasión, paciencia y buen humor, saber que siempre habrá quienes traten de aprovecharse de los artistas nacientes y no por eso dejarse maltratar, sino más bien, luchar y combatir este tipo de ataques al arte. También que para llegar lejos se debe escalar, nadie llega a la cúspide de su carrera sin empezar desde el fondo. 

Esperamos que ahora el gobierno peruano sepa explotar el talento que se tiene y no se ve. Hay miles de niños que nacen con dotes artísticos, pero estos son olvidados a la larga porque los padres no saben tomar la debida atención a sus pequeños. Sería bueno que pongamos más atención al arte, que no sólo pongamos a los niños en cursos de deporte, sino también en cursos artísticos, que desarrollen y refuercen su personalidad.

Karina Flores Benites.


Escrito por

Karina Flores Benites

De corriente romántica, amante del arte y del saber. Estudio ciencias de la comunicación, pero soy cantante. Creativa y versátil.


Publicado en